Los Océanos y las Anomalías

LO QUE CONOCEMOS DE LOS OCEANOS


LAS NACIONES UNIDAS

La Asamblea General decidió que a partir de 2009, las Naciones Unidas designen el 8 de Junio Día Mundial de los Océanos.

La designación oficial del Día Mundial de los Océanos es una oportunidad para crear conciencia mundial de los desafíos que enfrenta la comunidad internacional en relación con los océanos.
Los pulmones de nuestro planeta, proporcionando la mayor parte del oxígeno que respiramos, los océanos son una fuente importante de alimentos y medicamentos y una parte crítica de la biosfera.
La Asamblea General también reconoce la importante contribución del desarrollo sostenible y la gestión de los recursos y los usos de los océanos y los mares al logro de los objetivos internacionales de desarrollo, incluidos los que figuran en la Declaración del Milenio.

Exhorta a los Estados a que consideren la posibilidad de hacerse miembros de la Organización Hidrográfica Internacional e insta a todos los Estados a que colaboren con esa organización para aumentar la cobertura de la información hidrográfica a nivel mundial, a fin de reforzar la formación de capacidad y la asistencia técnica y promover la seguridad de la navegación, especialmente en las zonas utilizadas para la navegación internacional, en los puertos y en las zonas marinas vulnerables o protegidas.






CUESTIONES SOBRE LOS OCEANOS

Más del 70 por ciento de la Tierra está ocupado por agua. Origen de la vida, fuente de mitos y gigantesca vía de comunicación, los mares y los océanos siguen ocultando grandes misterios, mientras sobre ellos planea la amenaza de la degradación del Planeta, el escritor Arturo Larena sentencia.


Los Tópicos destacados sobre los Océanos


    El agua cubre más de 361 millones de kilómetros cuadrados de la superficie terrestre, casi un 71 por ciento de todo el planeta. El 97 por ciento de toda el agua del planeta corresponde a agua salada marina.
    
    Para los antiguos griegos, la Tierra era un disco plano rodeado por un gran mar exterior, el Oceanus, en el que vivían toda clase de criaturas fantásticas bajo el gobierno de Poseidón, el dios del mar, hijo del titán Cronos y la titánide Rea, y hermano de Zeus y Hades.
    
    Según la teoría de la deriva continental los mares se originaron en las cuencas formadas a causa de la fragmentación de la gran masa de tierra inicial (pangea), las cuales se fueron llenando de agua por la condensación de la humedad atmosférica durante más de 60.000 años de lluvias.
    
    Los océanos son cinco:
           Pacífico 155.557.000 km2
           Atlántico 76.762.000 km2
           Índico 65.556.000 km2
           Austral 20.327.000 km2
           Ártico 14.056.000 km2
    
    Los mares son pequeñas divisiones de los océanos más o menos delimitadas por la masa continental. Pueden ser costeros como el Cantábrico o el de Omán, continentales como el Rojo o el Mediterráneo, y cerrados o interiores como el mar Muerto o el mar Caspio.




    

    Uno de los principales componentes del agua marina son las sales. Un litro de agua de mar contiene 35 gramos de sales, fundamentalmente, cloruro, sodio, sulfato, magnesio, calcio y potasio.
    
    El interior de los océanos esta surcado por corrientes a modo de gigantescos ríos. Una de las más importantes es la Corriente del Golfo, que discurre por el océano Atlántico a unos 2.400 metros de profundidad y alcanza, en algunos puntos, una anchura de 540 kilómetros.
    
    Bajo las aguas marinas se encuentra la mayor montaña del mundo. Se trata del volcán Mauna Kea, en Hawai que mide 10.203 metros desde su base hasta la cima, aunque solo 4.213 metros emergen del mar.
    
    Otro de los récords submarinos es poseer la mayor cordillera montañosa del planeta. Esta sumergida en el Atlántico y ocupa 16.000 kilómetros, desde Islandia hasta el Antártico.
    
    Por lo que respecta a las fosas, los océanos ganan la partida. La mayor está en el Pacífico, es la de las islas Marianas (11.034 metros). Estas fosas están en total oscuridad, ya que la luz solar sólo penetra en el océano hasta 240 metros de profundidad. Las personas pueden llegar hasta 4.000 metros. A partir de ahí, la presión se hace insoportable.





 
    En medio del océano las olas alcanzan enormes alturas. Las mayores conocidas superaron los 34 metros y destrozaron, en 1933, el buque estadounidense Ramapo.
    
    El mayor terremoto submarino ocurrió en 1946 en las profundidades del Pacífico. La onda sísmica produjo olas de 14 metros, recorrió 3.500 kilómetros en cuatro horas y arrasó la ciudad hawaiana de Hilo.
    
    La energía que generan las mareas ha sido también objeto de aprovechamiento. El primer intento comercial se realizó en el Canal de la Mancha, en la ciudad de Saint Maló (Francia). Inaugurada en 1966, la central está dotada de 24 turbinas reversibles. La energía potencial de las mareas en el Canal de la Mancha alcanza los 180.000 megavatios.
    
    El mar es una de las principales despensas y fuente de proteínas del mundo. Las capturas pesqueras alcanzaron en el año 1990 los 91 millones de toneladas.
    
    La sobreexplotación pesquera, aunque permite obtener el 6 por ciento de las proteínas que se consumen en todo el mundo, ha dañado la biodiversidad del Pacífico y norte del Atlántico.
    
    La composición de las aguas se ha visto modificada por los vertidos contaminantes, que proceden en un 80 por ciento de fuentes terrestres. Millones de toneladas de basura son arrojadas al mar cada año. Sólo las filtraciones de las refinerías añaden 200.000 toneladas de petróleo a los océanos anualmente.






    Según las ONG de defensa ambiental el fondo del mar es hoy "la sexta potencia nuclear del mundo". Los datos de los ecologistas indican que en las aguas marinas descansan, al menos, nueve reactores nucleares y cincuenta cabezas atómicas, fruto de incendios, naufragios, colisiones entre buques y otros accidentes.

    
    Según apunta el libro "5.000 días para salvar el planeta", si se quieren solucionar los problemas del mar, habría que reducir masivamente los vertidos de sustancias químicas, aplicar con rigor los convenios de medio ambiente marino y obligar a los petroleros a llevar un doble casco para evitar las mareas negras, algo que no cumplía el "Prestige".
    
    Los mares y océanos son además un gran filtro o sumidero ecológico y una de las grandes bazas para frenar el calentamiento global. Se calcula que las aguas marinas absorben 2.000 millones de toneladas de dióxido de carbono, uno de los principales gases de efecto invernadero.
    
    Un informe de la Universidad de Toronto (Canadá), reveló que el nivel de los océanos ha crecido 20 cm desde 1900 y los datos del Panel Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático de la ONU (IPPC) estiman que el calentamiento de la Atmósfera elevará su nivel 60 centímetros anegando grandes zonas costeras del planeta.
    
    Los mares son una enorme fuente de curiosidades, mitos y leyendas. Una de las ideas falsas es que todos los océanos están al mismo nivel, pero si se helaran de repente, podrían observarse variaciones de altura entre unos y otros de hasta 20 metros.





 
    Se calcula que para retener toda el agua de la Tierra sería necesario un recipiente con capacidad para 1.350 millones de kilómetros cúbicos de líquido.
    
    La mitología ha situado en los océanos la guarida de criaturas fantásticas y monstruos marinos. Desde las serpientes marinas hasta las románticas sirenas, pasando por los noruegos "Kraken", gigantescas criaturas que, según la mitología escandinava alcanzan varios kilómetros de tamaño.
    
    Junto a infinitas riquezas biológicas, el mar esconde otros "materiales". Uno de los más fabulosos fue hallado en 1954 en los restos del galeón San Pedro, hundido a finales del sigo XVI, y del que se recuperaron 2.000 monedas de oro y plata y gran cantidad de lingotes.
    
    La mayor mina de oro se encuentra en las aguas marinas. Por el momento no hay un sistema rentable para separar las doradas partículas en suspensión.



LO QUE NO CONOCEMOS DE LOS OCEANOS


LAS ANOMALIAS MAGNETICAS Y RADIOACTIVAS DEL OCEANO

ANOMALIA DEL ATLANTICO SUR

La Anomalía del Atlántico Sur es una región en donde los cinturones de radiación de Van Allen se encuentran a unos cientos de kilómetros de la superficie terrestre. Como resultado en esa región la intensidad de radiación es más alta que en otras regiones. La AAS (Anomalía del Atlántico Sur) SAA (acrónimo en inglés) es producida por una "depresión" en el campo magnético de la Tierra en esa zona, ocasionada por el hecho de que el centro del campo magnético de la Tierra esta desviado de su centro geográfico en 450 km. Algunos piensan que dicha anomalía es un efecto secundario de una reversión Geomagnética.



CINTURON DE VAN ALLEN Y LA AAS
 


La "Anomalía del Atlántico Sur" (AAS) es de gran importancia para los satélites y otras naves espaciales que orbitan a cientos de kilómetros de altitud con inclinaciones orbitales de 35° y 60°, ya que estas órbitas llevan a estos satélites a través de la anomalía de manera periódica, exponiéndolos durante varios minutos a una fuerte radiación.



 


EFECTOS DE LA ANOMALIA

*   Los efectos a nivel submarino y a nivel abisal son desconocidos, principalmente por las líneas del campo magnético que se cierran en el núcleo terrestre. 

*   La Estación Espacial Internacional, que orbita con una inclinación de 51,6°, requirió de un blindaje extra para afrontar este problema.

*   El telescopio espacial Hubble no efectúa observaciones al pasar por esta región, debido a que la intensidad del campo distorsiona las imágenes.


ILUSTRACION DE LA ANOMALIA 

Ilustración de AAS y mapa de flujo de protones (Nº de protones registrados por un detector de estado sólido) con un factor geométrico de 9.5 ×10-3 cm²/s.

El mapa se muestra en coordenadas geográficas.
  

La imagen describe:

*    El cinturón exterior de radiación Van Allen, dos bandas, en la parte de arriba y en la parte inferior.

*    La Anomalía del Atlántico sur como una mancha roja en la parte derecha de las imágenes.

*    La banda de flujo protónico cercano al ecuador geomagnético.

La forma de la Anomalía varía con el tiempo. La Anomalía posee una deriva. La tasa de desplazamiento es muy cercana a la rotación diferencial entre el núcleo terrestre y su superficie, y se estima en 0,3 y 0,5 grados por año.



ESTUDIO DE LA NASA

SOUTH ATLANTIC ANOMALY (SAA)

The South Atlantic Anomaly is of great significance to astronomical satellites and other spacecraft that orbit the Earth at several hundred kilometers altitude; these orbits take satellites through the anomaly periodically, exposing them to several minutes of strong radiation, caused by the trapped protons in the inner Van Allen belt.






The International Space Station, orbiting with an inclination of 51.6°, requires extra shielding to deal with this problem.

The Hubble Space Telescope does not take observations while passing through the SAA. Astronauts are also affected by this region which is said to be the cause of peculiar 'shooting stars' (phosphenes) seen in the visual field of astronauts.

Passing through the South Atlantic Anomaly is thought to be the reason for the early failures of the Globalstar network's satellites.

The Pamela Experiment, while passing through the SAA, detected antiproton levels that were orders of magnitude higher than those expected from normal particle decay. This suggests the Van Allen belt confines antiparticles produced by the interaction of the Earth's upper atmosphere with cosmic rays.

NASA has reported that modern laptops have crashed when Space Shuttle flights passed through the anomaly, and the SpaceX CRS-1 Dragon spacecraft attached to the International Space Station during October 2012 experienced a transient problem as it passed through.






FUTURO DEL CAMPO MAGNETICO TERRESTRE

El fuerte deterioro corresponde a un descenso en un 10 a un 15% a lo largo de los últimos 150 años, y se ha acelerado en los últimos años; sin embargo la intensidad geomagnética ha disminuido casi de manera continua en un máximo de 35% por encima del valor más reciente logrado. La tasa de disminución y la fuerza actual está dentro de lo normal de variación, como lo demuestran los registros de los campos magnéticos en el pasado, detectados en las rocas.

No se sabe si el decaimiento del campo continuará en el futuro. Dado que el humano moderno no ha podido observar ninguna reversión magnética y el mecanismo de la generación del campo no está del todo explicado, es difícil predecir cuales son las características del campo magnético que conducirían a dicha reversión. Algunos especulan que una gran disminución del campo magnético, durante un período de reversión, expondrá a la superficie de la tierra a un sustancial y potencial incremento de radiación cósmica. No obstante, el Homo erectus y sus ancestros han sobrevivido a muchas reversiones previas.

No hay evidencia de que una reversión del campo magnético haya causado cualquier extinción biológica. Una posible explicación es que el viento solar puede inducir un campo magnético suficiente -en la ionósfera de la Tierra - para protegerla de las partículas altamente energéticas, aún en ausencia del campo magnético normal del planeta.

El polo norte magnético de la tierra se está desplazando desde Canadá hacia Siberia a una velocidad de 10 km por año al comienzo del siglo XX llegando a 40 km por año en el 2003. Se desconoce si este deslizamiento continuará acelerándose.






Aunque el estudio de las reversiones ocurridas en el pasado no implican extinciones biológicas, la sociedad actual con su dependencia de la electricidad y sus efectos electromagnéticos(ej. la radio, la comunicación por satélite) puede ser vulnerable a la interrupción tecnológica si se dieran las condiciones de una completa reversión de los campos magnéticos.

Glatzmaier y su colaborador Paul Roberts de la UCLA (University of California at Los Angeles) han construido un modelo numérico de los procesos dinámicos, líquidos y electrodinámicos en el interior de la Tierra y lo procesaron en una Supercomputadora Cray. 

Los resultados reprodujeron las características clave del campo magnético, simulando un tiempo de 40 ka. Además se pudo observar que el campo generado por el cálculo del ordenador, se invirtió por sí mismo.



LA RADIACION EN LOS OCEANOS

Impactante informe del OIEA: Los océanos de la Tierra podrían estar contaminados con radiación de Fukushima. El Organismo Internacional de Energía Atómica ha admitido que un tercio de los océanos del mundo pueden estar contaminados por radiación de Fukushima.






El colapso nuclear de Fukushima en 2011 fue anunciado como uno de los peores desastres en la historia de la humanidad. Causado por un tsunami, la fuga de la central nuclear de Fukushima Daiichi causó enormes pérdidas de vidas humanas.

Ahora, más de seis años después, las ondas de choque de este evento se siguen sintiendo a pesar de la retracción de la mayor parte de la atención mediática del evento. Si bien en ese momento había grandes medios de comunicación y el frenesí popular de la pérdida de vidas, tanto de plantas, animales y humanos, la atención a este tema ha disminuido. Como resultado, varias preocupaciones sobre el medio ambiente han sido ocultadas.

Como respuesta temprana al incidente, el Organismo Internacional de Energía Atómica puso en marcha un proyecto conjunto (Cooperación Técnica del OIEA) con los Estados miembros del Acuerdo de Cooperación Regional. Naturalmente, los Estados miembros de la región estaban preocupados por la seguridad de sus medios acuáticos marinos, por lo que participaron en un estudio de referencia sobre el impacto de las emisiones radiactivas de Fukushima. Estados Unidos fue uno de los socios en este proyecto y designó 400.000 dólares para el proyecto regional.






Más del 80% del material radiactivo de los reactores dañados por el tsunami se ha filtrado al Océano Pacífico desde que ocurrió el desastre. Esto es peor que Chernobyl o Three Mile Island, pero recibe mucha menos atención. La corriente de Kuroshio ha sido responsable de gran parte de la circulación radioactiva, y materiales tales como isótopos radioactivos de cesio han comenzado a aparecer en la costa oeste de los Estados Unidos.

En 2015, rastros de cesio 134 y 137 aparecieron cerca de la isla de Vancouver. En diciembre de 2016, un equipo de científicos anunció que habían detectado cesio 134 en Oregon. El problema con la energía nuclear y las precipitaciones radiactivas, según los químicos marinos del WHOI (Woods Hole Oceanographic Institution) la Institución Oceanográfica de Woods Hole, es que los materiales radiactivos pueden viajar grandes distancias cuando son asistidos por el agua y en especial potenciados por las corrientes marinas.