ATLANTIDA, ¿CONTINENTE SUMERGIDO?
DESCUBRIMIENTO EN LA ZONA DE LAS BERMUDAS
"Una expedición científica halla una Ciudad Sumergida en la zona del llamado Triángulo de las Bermudas. Las ruinas están a 700 metros de profundidad. Tienen pirámides y una esfinge. Dicen que podría llegar a ser Atlántida, la ciudad mencionada y descrita por primera vez por el filósofo griego Platón.
Un grupo de científicos canadienses aseguró hoy haber descubierto las ruinas de una ciudad sumergida en el Triángulo de las Bermudas, lo que asociaron con la Atlántida, el mítico continente desparecido hace 10 mil años.
Los investigadores, encabezados por los expertos Paul Weinzweig y Pauline Zalitzki, encontraron mediante un robot los restos de la ciudad, ubicada a unos 700 metros de profundidad, hacia el norte de las costas orientales de Cuba, informó la agencia Prensa Latina.
Las imágenes captadas muestran construcciones monumentales, entre ellas, cuatro pirámides gigantes, una de ellas de cristal, así como una esfinge y varios monolitos grabados.
"Es asombroso. Lo que observamos en las imágenes en alta resolución del sonar son llanuras interminables de arena blanca y en el medio de esta bella arena se aprecian claramente diseños arquitectónicos hechos por el hombre. Es como cuando sobrevuelas un proyecto urbano en avión y ves las autopistas, túneles y edificios", afirmó Zalitzki a Russia Today.
La Atlántida, mencionada y descrita por primera vez por el filósofo griego Platón, desapareció, según la leyenda, por una inundación, un gran terremoto o una erupción volcánica hace más de 10 mil años. A lo largo de decenios, este mito ha servido de inspiración para numerosas obras literarias, musicales y cinematográficas, especialmente historias de ciencia-ficción."
El estudio científico de este descubrimiento "Cuba: La Atlántida o Estructuras rocosas sumergidas" por parte del arqueólogo Gabino La Rosa y el doctor en geología Manuel Iturralde, geólogo cubano de prestigio internacional, quienes llegaron a la conclusión de que se trata de formaciones rocosas naturales submarinas y que la imagen que se presenta como prueba por parte de sus descubridores, Weinzweig y Zalitzki, es una simple reconstrucción virtual hecha por ordenador y no corresponde a imágenes reales.
Hasta aquí la noticia publicada en diversos medios periodísticos sobre el descubrimiento de una antigua ciudad sumergida en el mar, pero esto no significa que se trate de la Atlántida, a continuación una descripción detallada sobre la historia, leyendas, relatos e hipótesis sobre el mayor de los secretos del océano, la verdadera Atlántida.
LA ATLANTIDA
Mencionada y descrita por primera vez en los diálogos Timeo y el Critias, textos del filósofo griego Platón.
Las primeras referencias a la Atlántida aparecen en el Timeo y el Critias, textos en diálogos del filósofo griego Platón. En ellos, Critias, discípulo de Sócrates, cuenta una historia que de niño escuchó de su padre y que este, a su vez, supo de Solón, el venerado legislador ateniense, a quien se la habían contado sacerdotes egipcios en Sais, ciudad del delta del Nilo. La historia, que Critias narra como verdadera,se remonta en el tiempo a nueve mil años antes de la época de Solón, para narrar como los atenienses detuvieron el avance del imperio de los atlantes, belicosos habitantes de una gran isla llamada Atlántida, situada frente a las Columnas de Hércules y que, al poco tiempo de la victoria ateniense, desapareció en el mar a causa de un terremoto y de una gran inundación.
En el Timeo, Critias habla de la Atlántida en el contexto de un debate acerca de la sociedad ideal; cuenta cómo llegó a enterarse de la historia y cómo fue que Solón la escuchó de los sacerdotes egipcios; refiere la ubicación de la isla y la extensión de sus dominios en el mar Mediterráneo; la heroica victoria de los atenienses y, finalmente, cómo fue que el país de los atlantes se perdió en el mar.
En el Critias, el relato se centra en la historia, geografía, organización y gobierno de la Atlántida, para luego comenzar a narrar cómo fue que los dioses decidieron castigar a los atlantes por su soberbia. Relato que se interrumpe abruptamente, quedando inconclusa la historia.
LA HISTORIA
Se dice que el nombre de Atlántida fue dado en honor de su primer gobernante, Atlas, uno de los hijos de Poseidón que se rebeló contra los dioses y fue condenado por Zeus a cargar sobre los hombros la bóveda del cielo.
Los textos de Platón sitúan la Atlántida frente a las Columnas de Hércules (lugar tradicionalmente entendido como el estrecho de Gibraltar) y la describen como una isla más grande que Libia y Asia juntas. Se señala su geografía como escarpada, a excepción de una gran llanura de forma oblonga de 3000 por 2000 estadios, rodeada de montañas hasta el mar. A mitad de la longitud de la llanura, el relato ubica una montaña baja de todas partes, distante 50 estadios del mar, destacando que fue el hogar de uno de los primeros habitantes de la isla, Evenor, nacido del suelo.
Según el Critias, Evenor tuvo una hija llamada Clito. Cuenta este escrito que Poseidón era el amo y señor de las tierras atlantes, puesto que, cuando los dioses se habían repartido el mundo, la suerte había querido que a Poseidón le correspondiera, entre otros lugares, la Atlántida. He aquí la razón de su gran influencia en esta isla. Este dios se enamoró de Clito y para protegerla, o mantenerla cautiva, creó tres anillos de agua en torno de la montaña que habitaba su amada.La pareja tuvo diez hijos, para los cuales el dios dividió la isla en respectivos diez reinos. Al hijo mayor, Atlas, le entregó el reino que comprendía la montaña rodeada de círculos de agua, dándole, además, autoridad sobre sus hermanos. En honor a Atlas, la isla entera fue llamada Atlántida y el mar que la circundaba, Atlántico.
Favorecida por Poseidón, la isla de Atlántida era abundante en recursos. Había toda clase de minerales, destacando el oricalco, rara aleación natural de oro y cobre; grandes bosques que proporcionaban ilimitada madera; numerosos animales, domésticos y salvajes, especialmente elefantes; copiosos y variados alimentos provenientes de la tierra. Tal prosperidad dio a los atlantes el impulso para construir grandes obras. Edificaron, sobre la montaña rodeada de círculos de agua, una esplendida acrópolis plena de notables edificios, entre los que destacaban el Palacio Real y el templo de Poseidón. Cada viaje hacia la ciudad era vigilado desde puertas y torres, y cada anillo estaba rodeado por un muro. Los muros estaban hechos de roca roja, blanca y negra sacada de los fosos, y recubiertos de latón, estaño y oricalco. Finalmente, cavaron, alrededor de la llanura oblonga, una gigantesca fosa a partir de la cual crearon una red de canales rectos, que irrigaron todo el territorio de la planicie. Construyeron un gran canal, de 50 estadios de longitud, para comunicar la costa con el anillo de agua exterior que rodeaba la metrópolis; y otro menor y cubierto, para conectar el anillo exterior con la ciudadela.
Los reinos de la Atlántida formaban una confederación gobernada a través de leyes, las cuales se encontraban escritas en una columna de oricalco, en el Templo de Poseidón. Las principales leyes eran aquellas que disponían que los distintos reyes debían ayudarse mutuamente, no atacarse unos a otros y tomar las decisiones concernientes a la guerra, y otras actividades comunes, por consenso y bajo la dirección de la estirpe de Atlas. Alternadamente, cada cinco y seis años, los reyes se reunían para tomar acuerdos y para juzgar y sancionar a quienes de entre ellos habían incumplido las normas que los vinculaban.
La justicia y la virtud eran propios del gobierno de la Atlántida, pero cuando la naturaleza divina de los reyes descendientes de Poseidón se vio disminuida, la soberbia y las ansias de dominación se volvieron características de los atlantes. Según el Timeo, comenzaron una política de expansión que los llevó a controlar los pueblos de Libia (entendida tradicionalmente como el norte de África) hasta Egipto y de Europa, hasta Tirrenia (entendida tradicionalmente como Italia). Cuando trataron de someter a Grecia y Egipto, fueron derrotados por los atenienses.
El Critias señala que los dioses decidieron castigar a los atlantes por su soberbia, pero el relato se interrumpe en el momento en que Zeus y los demás dioses se reunen para determinar la sanción. Sin embargo, habitualmente se suele asumir que el castigo fue un gran terremoto y una subsiguiente inundación que hizo desaparecer la isla en el mar “en un día y una noche terribles”, según señala el Timeo.
LA LEYENDA
La leyenda cuenta que la Atlántida era una isla de grandes dimensiones, se podría considerar un continente, según algunas hipótesis en el Mediterráneo, en otras versiones en el Océano Atlántico, fue destruída por un terremoto o tsunami que inundó totalmente sus tierras dejándola por siempre sumergida bajo las aguas y olvidada en el pasado.
Sus habitantes poseían una tecnología y cultura muy superior a la de los contemporáneos de su época y fueron decisivos en los avances de todas las culturas mundiales. Su ubicación les permitía el acceso a culturas tan dispares como la egipcia y la Maya y eran consumados viajeros, dominando con sus barcos todos los mares y océanos del planeta. La similitud entre estructuras arquitectónicas como las piramides Mayas y Egipcias, o el parecido fonético de algunas palabras en culturas separadas por aguas y miles de kilómetros de distancia se deben según los partidarios de la existencia de dicha isla o continente y a la influencia que los Atlantes (nombre con el que habitualmente se designa a los habitantes de la Atlántida) gracias a su avanzada tecnología marcaron culturas de todo el mundo.
La leyenda de la Atlántida parte de Platón hacia el 350 a.C., el cual, en los diálogos Timeo y Critias, cuenta la historia de una civilización floreciente que vivía en una isla "más allá de las columnas de Hércules" (nombre antiguo del Estrecho de Gibraltar). Él aseguraba basarse en el sabio griego Solón, que 200 años antes decía haber oído en Egipto que una isla había sido destruida "al oeste" como consecuencia de un gran cataclismo que la sumergió en las aguas en tan solo unas horas. En más o menos 20 páginas describe esta floreciente cultura, sus ciudades y abundancias y como debido a una afrenta a los dioses (eran adoradores de Poseidón) fueron castigados y una serie de cataclismos les sumergieron en las aguas.
Comentarios
Hasta aquí podría parecer la típica historia moralista tan habitual en Mitología griega, pero numerosos estudiosos a lo largo de la historia han buscado su significado real pues en gran cantidad de culturas existen mitos similares a los de la Atlántida de Platón, según algunos de ellos existe una especie de memoria histórica o componente real en dicha historia y si bien la mayoría de las hipotesis fueron desestimadas por falta de pruebas o demostrada su invalidez, es cierto que de tratarse de un leyenda fue de gran difusión en una edad tan temprana del hombre que pervivió en diferentes y dispares culturas.
LA UBICACION DE LA ATLANTIDA
La imagen romántica de una isla fabulosa tragada por el mar, ha significado que su ubicación haya sido buscada desde la época de Platón, aunque nadie está seguro si existió realmente muchos son los investigadores que la buscaron, una empresa no del todo descabellada, pues al fin y al cabo también la Troya de Homero se creía producto de la fantasía, hasta que el arqueólogo Heinrich Schliemann la descubrió en 1903. Las ubicaciones sugeridas para la Atlántida, incluyen lugares diversos a continuación se enumeran algunas de las ubicaciones más nombradas.
* En el Mar Mediterráneo - Del relato de Platón se deduce que la civilización atlante debió florecer hace más de 12.000 años. Este dato no puede ser exacto en ningún caso, puesto que en aquellos remotos tiempos todavía no existía ninguna cultura evolucionada que trabajara los metales, estuviera gobernada por reyes y dominara los mares con sus barcos. En cuanto a la localización del misterioso continente, el texto del filósofo ateniense lo sitúa "más allá de las Columnas de Hércules", y esto significaba, según la concepción de la antigüedad, al otro lado del estrecho de Gibraltar, es decir, en el océano Atlántico. Pero atención, recordemos que la fábula procede de los antiguos egipcios y, para ellos, la isla perdida se llamaba Keftiu (el nombre que tenían para Creta). La fuente de información de Platón, el legislador y estadista Solón, pensaba naturalmente en griego, de modo que traduciría las indicaciones del sacerdote egipcio a su propia lengua, pudiendo producirse por esto algunos equívocos. Posiblemente los egipcios tenían en mente un lugar totalmente diferente al referido por Solón, ya que para esta civilización confinada en el valle del Nilo, el mundo conocido terminaba no ya en el Atlántico, sino en el mismo Mediterráneo.
La teoría que desde 1909 ha sumado más adeptos afirma que la Atlántida fue Creta u otra isla cercana, la de Santorini. Por consiguiente, la civilización atlante se identificaría con la minoica. Son muchos los datos que apoyan esta tesis. Para los antiguos egipcios, Creta constituía un lugar de interés a causa de su cercanía y su fuerza, aunque resultaba casi inaccesible debido a su ubicación en mitad del Mediterráneo. Por otro lado, la decadencia y caída de esta civilización encaja con el dramático final descrito por Platón: hacia el año 1500 a.C. una tremenda erupción volcánica en la isla de Thera (hoy llamada Santorini) originó terremotos, tsunamis y lluvias de cenizas que acabaron por dar el golpe de gracia a aquella cultura de la Edad del Bronce, que ya había sufrido anteriores seísmos.
La fecha es lo único que no concuerda, pues recordemos que, según Platón, la Atlántida debió florecer alrededor de 12.000 años atrás. Sin embargo, pudo ocurrir que el informador egipcio de Solón se hubiera basado para sus cálculos en uno de los calendarios lunares al uso en aquella época, confundiendo al griego, quien habría tomado los años lunares por solares. En tal caso, la fecha referida por el sacerdote sería el año 1200 a.C. aproximadamente, lo cual coincide, admitiendo un margen de tolerancia de dos o tres siglos, con la explosión de Thera.
En cualquier caso, por bien que suene esta hipótesis -desarrollada y defendida sobre todo por los investigadores griegos Angelos Galanopoulos y Spyridon Marinatos- también tiene sus puntos débiles. Así, la clasificación cronológica de los diferentes estilos cerámicos de la isla de Santorini demuestra que esta cultura sobrevivió al menos cincuenta años a la erupción del volcán. La Atlántida no se hundió, por tanto, en este lugar. Y menores son las posibilidades de que se tratara de la cercana isla de Creta; Cnosos, el centro de la cultura minoica, no se colapsó hasta algunos siglos después de la erupción del volcán y, como todos sabemos, la isla continúa en su sitio.
* En el Océano Atlántico - El relato de Platón hablaba de una enorme isla "más allá de las columnas de Hércules" este dato hacia suponer que debía encontrarse en el Océano Atlántico y durante siglos investigadores del tema la situaron en dicho emplazamiento. Dicha teoría fue totalmente rechazada en 1950 cuando se demostró la tectónica de placas y se comprobó que no existen ni existieron vestigios de ningún continente sumergido.
Hasta que dicho teórico emplazamiento se demostró que no era correcto, investigadores como Ignatius Donnelly, quien publicó su libro Atlantis: The Antidiluvian World en 1882, obra que conocería más de cincuenta ediciones y que sirvió de punto de partida para numerosas teorías posteriores. Donnelly estudió los enigmas de distintas culturas y elaboró a partir de tan misteriosos ingredientes una hipótesis irresistible: la Atlántida fue un continente entre Europa y América que se sumergió y que incluso llegó a constituir un puente terrestre entre ambos mundos.
Los principales datos que corroborarían su teoría son los siguientes: la lengua de los aztecas posee asombrosas semejanzas con la de los egipcios. (Esto no es exacto, dicen los escépticos; el parecido procede de una interpretación errónea de los signos de la escritura azteca). Los egipcios no fueron los únicos que construyeron pirámides; también los antiguos pueblos centroamericanos levantaron este tipo de estructuras, de modo que debió existir algún contacto entre ellos. (Tonterías, afirman los detractores de Donnelly; una forma geométrica tan elemental puede inspirar a cualquier arquitecto espontáneamente, sin que tenga que copiar de nadie).
Donnelly no ofrecía nuevas pruebas de la existencia de la Atlántida, sino una síntesis tan brillante como persuasiva de las ya existentes, echando mano de informaciones procedentes de campos tan diversos como la arqueología, la oceanografía, la filología, la geología, la historia, la mitología, la etnología, la zoología y la botánica para argumentar la historia de Platón y con la intención de demostrar que sin un continente que hubiera servido de puente las coincidencias que proponía no hubiesen podido darse.
* La Atlántida en América - Al ser descubierto el nuevo continente surgió como es lógico una nueva teoría, ¿Podría ser América el continente descrito por Platón?, ¿era posible que las tierras descubiertas por Cristobal Colon fueran parte de la isla soñada?
Bloques submarinos de piedra que parecen restos de calzadas y murallas ha inducido a suponer que la Atlátida se encuentra junto a las costas de Bimini una de las Islas Bahamas.
La respuesta parecía ser no pues parecía muy improbable con la tecnología de la época que relataba Platón pudiesen realizarse viajes en barco a tan larga distancia y más cuando se describían flotas de 1200 barcos que conquistaban allá por donde pasaban con sus tropas.
En una sesión de trance realizada en 1933, el vidente norteamericano Edgar Cayce describió de una forma colorista y fantástica la vida en aquella antigua civilización, prediciendo, además, que una parte de ella sería encontrada en el año 1968. Y en efecto, un año más tarde de lo vaticinado se descubrieron en el fondo marino frente a las Bahamas ciertas estructuras aparentemente realizadas por la mano humana. La localización de la Atlántida en esta zona ya había sido propuesta por otros investigadores, que sin duda se remitían a los datos aportados por el geógrafo romano Marcelo, del primer siglo antes de nuestra era. Según él, el continente perdido habría estado integrado por siete islas pequeñas y tres grandes, la mayor de ellas de 1.000 estadios de diámetro, lo que equivale aproximadamente a 200 kilómetros.
En la ilustración que se puede apreciar arriba se indican las posibles localizaciones de la mítica Atlántida, como se ve muchos son los lugares que se disputan su ubicación y la materialización de lo escrito por Platón sobre ella. A pesar de las buenas argumentaciones que tienen los autores proponentes de tales hipótesis, sólo es el relato de Platón y su fundamentación sobre el relato de los sacerdotes egipcios a Solón, lo que se debe tener en cuenta como requisito principal que debe cumplir imprescindiblemente el lugar donde teóricamente se hallaría la Atlántida, por lo tanto en esta línea de pensamiento, es lógico que la primera condición que debe cumplir la Atlántida es que su ubicación geográfica se halle "ante las Columnas de Hércules, -en el Estrecho de Gibraltar-, y en aguas del Océano Atlántico", tal lo expresado claramente en la obra literaria del filósofo griego.
Los escépticos, en realidad son pseudoescépticos, (escéptico es quien duda e investiga, en cambio un pseudoescéptico no investiga y niega sistemáticamente utilizando para ello mentiras y falacias), siempre han empleado la misma negación: "la Atlántida es un mito inventado por Platón y por lo tanto nunca existió". Esta negación tiene origen en la ignorancia, pero además está originada por un statu quo de no investigar y dejar la historia de la humanidad asi como quedó establecida y no innovar en absoluto.
Cuando se dice que Platón es la única fuente sobre la Atlántida, es totalmente falso, porque otros autores anteriores y contemporáneos a Platón escribieron relatos similares. Por ejemplo, el filósofo griego Epicarmo del siglo VI a.C., el filósofo griego Crantor del siglo IV a.C., el historiador y geógrafo griego Heródoto del siglo V a.C., el historiador griego Teopompo, posiblemente el historiador más importante del siglo IV a.C., el escritor griego Eutímenes del siglo VI a.C., el filósofo clásico Proclo, el historiador etíope Marcelo, y el historiador de origen griego y nacionalidad romana Plutarco, entre otros; y los sacerdotes egipcios Sonkhis de Sais y Psenophis de Heliópolis, del siglo VI a.C., desconocidos por otras fuentes. Todos describieron en sus relatos la existencia de una gran isla frente a las Columnas de Hércules, en la lejana antigüedad, comprobándose la independencia de las fuentes porque además de darle el nombre de Atlantis, también se le dió otros nombres como ser Calpe, isla de Schu, Gades, isla de Iu Spa-na, Orcades ó isla de Osiris u Onnofris.
La principal fuente primaria documental es el papiro Pehui Kat, que data de varios siglos anteriores a Platón, traducido por primera vez por el epigrafista Georgeos Díaz-Montexano, en el que se relata en jeroglíficos egipcios una historia que es la misma que presenta el relato de Platón en el Timeo y Critias. Esto demuestra y es perfectamente comprobable, que dichos autores de la Antigüedad hacían referencia a la misma gran isla, aunque sus fuentes y relatos tanto eran independientes del de Platón, como también, entre si eran independientes.
"ἔξωθεν ὁρμηθεῖσαν ἐκ τοῦ Ἀτλαντικοῦ πελάγους. τότε γὰρ πορεύσιμον ἦν τὸ ἐκεῖ πέλαγος· νῆσον γὰρ πρὸ τοῦ στόματος εἶχεν ὃ καλεῖτε͵ ὥς φατε͵ ὑμεῖς Ἡρακλέους στήλας͵ ἡ δὲ νῆσος ἅμα Λιβύης ἦν καὶ Ἀσίας μείζων͵ ἐξ ἧς ἐπιβατὸν ἐπὶ τὰς ἄλλας νήσους τοῖς τότε ἐγίγνετο πορευομένοις͵ ἐκ δὲ τῶν νήσων ἐπὶ τὴν καταντικρὺ πᾶσαν ἤπειρον τὴν περὶ τὸν ἀληθινὸν ἐκεῖνον πόντον."
(del texto original de Platón escrito en griego)
"Poderío que surgió del piélago del Atlántico, por aquellos días el piélago era navegable, y había una isla situada ante la boca del estrecho que por ustedes es llamado Pilares de Heracles; de las islas de Libya y Asia era la mayor, y era el camino a otras islas, y desde ellas se podía pasar a todo el continente opuesto, el cual está rodeado por el océano verdadero."
(traducción de Rubén Tesolin del griego al español)
La hipótesis que cumple con estas condiciones es la postulada por el epigrafista Georgeos Díaz-Montexano, cuyo Official Website es Atlántida Histórica, quien ha logrado reunir en los últimos treinta años, cientos de pruebas indiciarias investigando en las fuentes primarias egipcias donde ha encontrado indicios concretos de la existencia real en el pasado, de una isla como la descrita por Platón.
Este conjunto de pruebas indiciarias incluye en el ámbito de la cartografía unos 200 mapas egipcios y otros 50 mapas fenicios que muestran claramente que existía una gran isla frente al estrecho de Gibraltar, geográficamente muy próxima a las costas de "Iberia" al norte y de "Libya" al sur, como se les llamaba en la antigüedad a la península ibérica y al noroeste africano. Díaz-Montexano ha investigado en las fuentes documentales primarias y secundarias desde la Antigüedad Clásica hasta el final de la Antigüedad Tardía, las fuentes egipcias con más de doscientos documentos primarios consultados y que aparecen escritos sobre papiros, lienzos y cartonajes de momias, y otros objetos, y relieves y pinturas en estelas, paredes y techos de templos, tumbas y monumentos. El mapa que se muestra arriba en primer lugar es producto de la combinación de las principales características que tienen en común los mapas antiguos mencionados y el mapa que se muestra en segundo lugar es el que se obtiene de la aplicación de los datos reunidos en el Timeo y Critias, y en las otras fuentes egipcias; es la reconstrucción paleogeográfica de los reinos de la Atlántida y que da por resultado la comprobación de la existencia en la antigüedad de una gran isla como la mencionada.
El principio fundamental de la Arqueología indica que "las cosas que datan del mismo período deben encontrarse en el mismo sitio", si se puede encontrar en tierra o en el mar, rocas de la época de la Atlántida, también debería haber artefactos de sus habitantes si existieron en el mismo lugar, y hasta la fecha no se ha encontrado nada de la Atlántida en ninguno de los sitios hipotéticos mencionados. Aunque no existe ningún hallazgo arqueológico que avale su existencia, se dispone de una larga lista de lugares potenciales que se disputan las coordenadas en las que pudo existir esta gran isla y su civilización, pero sólo dichas coordenadas serán válidas si cumplen estrictamente con los relatos originales, como los del filósofo griego Platón, el historiador greco-romano Plutarco, y el filósofo griego Crantor y con el respaldo de las fuentes documentales primarias de cartografía y escritos, como ser de los egipcios, fenicios y cartagineses.