El Triángulo de las Bermudas

LOS TRIANGULOS EN LAS BERMUDAS


UNA EXPLICACION MAS RACIONAL

Estadísticamente la fenomenología que se desarrolla en el llamado Triángulo de las Bermudas responde a una Anomalía muy bien definida y que se mantiene relativamente constante en el tiempo.

La zona implicada en tal fenómeno es identificada, desde los años de 1970, como un área triangular, cuyos vértices son Bermudas, Florida y Puerto Rico.


 
 


La mención reiterada de área en forma geométrica, de triángulo, ha favorecido a que el público en general y cierto grupo de investigadores le hayan otorgado un aspecto de artificialidad.
Cuando un fenómeno tiene aristas de pautas de comportamiento reiterativas y predecibles, puede clasificarse de probable origen artificial. Pero cuando tiene características dificilmente predecibles y más bien aleatorias, entonces se puede catalogar como de origen natural.

De acuerdo a los datos estadísticos pertenecientes a la casuística en la zona, surgen nuevas divisiones de la misma, en las que aparecen como puntos de referencia Bermudas, Puerto Rico, Florida y Norfolk.
Estos puntos determinan como vértices tres diferentes triángulos, a saber, primero Bermudas, Puerto Rico y Florida, segundo Bermudas, Puerto Rico y Norfolk y tercero Bermudas, Florida y Norfolk.
Todas estas regiones sumadas representan un cuadrilátero con vértices irregulares y que cubre la zona del Océano Atlántico y el Mar Caribe. Tiene un perímetro preciso cuando se intenta cubrir las localidades involucradas y da apariencia de artificialidad.
Pero cuando se distribuyen todos los datos de la casuística sobre las regiones geográficas se obtiene un perímetro de la zona que deja de ser perfectamente geométrico y se convierte en irregular y sigue el contorno del fondo marino y disminuye a casi nulo sobre la superficie terrestre, excluyendo las islas del Caribe, del territorio continental.
 





En general, dicha zona presenta irregularidades, inconsistencias y aleatoriedades, que sumadas a su perímetro totalmente irregular, que ha sido mencionado anteriormente, le dan entonces un trasfondo de fenomenología totalmente natural.

La explicación que abarca todas las variables y las pautas que se producen en la zona, se basa principalmente en un fenómeno de origen geomagnético con desplazamientos y singularidades muy pronunciadas con marcada aleatoriedad dentro del perímetro involucrado.

Como anomalía, su comportamiento en general se muestra análogo, en cierto sentido, al de la Anomalía del Atlántico Sur, en sentido más específico, es una anomalía que por su aleatoriedad escapa a la detección que puede proporcionar la tecnología de los instrumentos actuales.

El ejemplo más concreto y cercano a este caso, se tiene en la evolución que ha tenido un instrumento de fundamental importancia en la exploración e investigación marina y oceanográfica, como es el Sonar. Este instrumento de consistir en sus comienzos en un emisor de ondas de sonido y obtener en su reflexión o rebote en la superficie detectada, un simple bip, luego de décadas se ha convertido en un instrumento totalmente digitalizado, con pantallas y conexión a computadoras, el cual no solo detecta profundidades, sino que produce un escanéo de barrido que puede detectar objetos inmóviles, móviles y tanto simples como complejos.

De igual forma, los instrumentos utilizados con resultados positivos en el estudio de la Anomalía del Atlántico Sur, deberán tener una evolución similar a la que tuvo el Sonar, si se quiere ampliar tanto los rangos de magnitudes, como también la inclusión de nuevas magnitudes y la posibilidad de obtener mediciones con registros y gráficos prolongados en el tiempo, y con una estructura e instalaciones de seguimiento como se utiizlan en el equipamiento de Radioastronomía.
En tal sentido, el gran volumen de datos deberá procesarse con un programa de computación distribuída, como ocurre con el Proyecto SETI, el cual fue pionero en este tipo de procesamiento de datos continuos y a muy gran escala.






HISTORIA DEL TRIANGULO DE LAS BERMUDAS

El Triángulo de las Bermudas es una un área geográfica con forma de triángulo equilátero de unos 1600 o 1800 km de lado, situada en el océano Atlántico entre las islas Bermudas, Puerto Rico y Miami.

Es famoso porque a mediados del siglo XX varios escritores publicaron artículos en revistas acerca de la presunta peligrosidad de la zona; sin embargo, las estadísticas de la Guardia Costera de los Estados Unidos no indican que en esa zona haya más desapariciones de barcos y aviones que en otras zonas de igual tráfico.

Ya desde la era de la vela, las naves que viajaban a Europa pasaban continuamente por esta zona para aprovechar los vientos dominantes y la corriente del Golfo. Luego, con el desarrollo de las máquinas de vapor y los barcos con motores de combustión interna, gran parte del tráfico del Atlántico Norte siguió cruzando (y aún lo hace) a través del área del supuesto «Triángulo de las Bermudas».

La corriente del Golfo, un área con un tiempo muy inestable (conocida por sus huracanes), también pasa por el triángulo al abandonar el mar Caribe. La combinación de un denso tráfico marítimo y el tiempo tempestuoso hace posible que algunos barcos se adentren en tormentas y se pierdan sin dejar rastro, especialmente antes del desarrollo de las telecomunicaciones, el radar y los satélites a finales del siglo XX.

Otras áreas que a menudo se insinúa que poseen características inusuales son:

*   El Triángulo del Dragón, ubicado en el mar del Diablo, cerca de Japón. En Japón no es conocido debido a que la mayoría de los botes perdidos son pequeñas embarcaciones pesqueras sin radio.
*   El Vórtice Marysburgh ubicado al este del lago Ontario (entre EE. UU. y Canadá).






PRIMERAS MENCIONES DEL TRIANGULO

La primera mención documentada acerca de desapariciones en el área se hizo en 1951: E. V. W. Jones —periodista de Associated Press— escribió respecto a algunos barcos perdidos en la zona de las Bahamas. Jones dijo que las desapariciones de barcos, aviones y pequeños botes eran «misteriosas». Y le dio a esta zona el apodo de «Triángulo del Diablo». Al año siguiente (1952) George X. Sand afirmó en un artículo de Revista de Destino que en esa zona sucedían «extrañas desapariciones marinas».

En 1964, el escritor sensacionalista Vincent Gaddis (1913-1997) acuñó el término «Triángulo de las Bermudas» en un artículo de la revista amarillista estadounidense Argosy. Al año siguiente publicó el libro Invisible horizons: true mysteries of the sea (‘Horizontes invisibles: los verdaderos misterios del mar’), donde incluía un capítulo llamado «El mortal triángulo de las Bermudas». Generalmente, Gaddis es considerado el inventor del «triángulo» de las Bermudas.

Pero diez años después, el pretendido misterio se convirtió en un verdadero mito gracias a Charles Berlitz (1914-2003), escritor neoyorquino de ciencia ficción, que en 1974 escribió el superventas El Triángulo de las Bermudas, donde copió bastante texto de Gaddis y recopiló casos de desapariciones (muy manipulados y mal presentados), mezclados con falsedades y flagrantes invenciones.






REFUTACION AL ESCRITOR CHARLES BERLITZ

Las explicaciones que han dado muchos investigadores para estas desapariciones van desde secuestros por parte de piratas modernos a un simple error humano.

Volviendo a las posibles explicaciones, los análisis menos fantasiosos apuntan a que las fuertes corrientes y la profundidad de las aguas podrían explicar la ausencia de restos, subrayando que varias de las desapariciones atribuidas a esta zona, ocurrieron en verdad a más de 600 kilómetros. Además, cada día varios cientos de naves civiles y militares atraviesan la región sin contratiempos.




Se estima que en los últimos 100 años por esa zona han pasado unas 10 millones de naves (100.000 por año). Se cree que desde mediados del siglo XIX han desaparecido un total de 50 barcos y 20 aviones.

Las desapariciones dentro de la zona, ya que si bien la zona es una de las que más tráfico aéreo y marítimo registran, la frecuencia de los accidentes es proporcionalmente muy baja, en comparación con otros puntos del globo. La aseguradora marina Lloyd de Londres ha determinado que el triángulo no es más peligroso que cualquier otra área del océano, y no cobra tarifas adicionales por el paso a través de esta región. Los archivos de la Guardia Costera confirman esta conclusión. De hecho, el número de supuestas desapariciones es relativamente insignificante considerado el número de naves y aviones que pasan regularmente a través del triángulo.




Aunque ya existía el precedente de Gaddis, tal como se ha explicado, la tasa de accidentalidad de la zona no ofrecía casos suficientes de desapariciones que pudiera incluir en su libro y que tuvieran algún punto no resuelto en la aclaración del accidente. Por este motivo, Berlitz recurrió a diversas estratagemas para hinchar su obra.

Varios de los barcos que Berlitz mencionó no se encontraban en ese enclave geográfico. Es el caso del Mary Celeste, que se hundió entre las Azores y la Península Ibérica. El Freya también lo sitúa en las Bermudas, pero desapareció en el Pacífico, así como el Raifuku Maru, que desapareció en el Atlántico Norte. A otros los nombra erróneamente, como el Atlanta, llamado realmente Atalanta.


 

También hay desapariciones que no son tales, como las del caso de los buques de guerra Proteus y el Nereus (1941) que está constatado que se hundieron en acciones bélicas. Para el hundimiento del Rubicon, Berlitz mintió afirmando que desapareció en circunstancias de clima normal cuando está comprobado que hubo una fuerte tormenta en la zona. En otras ocasiones, recurrió a escribir sobre barcos ficticios, como el Stavenger.


 

Además el Triángulo de las Bermudas es una de las zonas con más tráfico aéreo y naval de todo el mundo y con incidencias climáticas como tormentas y huracanes que hacen muy factible y explicable la cantidad de naves hundidas, sobre todo antes de la invención de los sistemas de navegación actuales. Estos han desbaratado la invención de Berlitz, ya que no se ha vuelto a registrar ni un solo caso de aeronave desaparecida en una de las zonas con más tráfico aéreo del mundo, aunque supuestos "testigos" hablan de los "incidentes" que sufrieron con sus avionetas particulares y que acabaron felizmente.

En cuanto se perfeccionen las técnicas de inmersión en aguas profundas es probable que se recuperen la mayoría de los barcos y aviones perdidos.






CRITICAS ESCEPTICAS

Los críticos alegan que Berlitz y otros han exagerado los aspectos «misteriosos» de algunos casos (Berlitz mismo no abogaba por ninguna explicación paranormal), y arguyen que en el Triángulo de las Bermudas no hay más «desapariciones» que en ninguna otra área comparable del océano. Es de notar que la empresa de seguros Lloyd’s de Londres ha determinado que el triángulo no es más peligroso que ninguna otra zona del océano, y no cobra ninguna tasa inusual de aseguramiento por pasar a través de esa área. También la Guardia Costera confirma esto.

Los escépticos comentan que una evidencia más convincente de actividad paranormal sería la desaparición de un tren entre dos paradas, y que el hecho de que eso nunca haya sucedido sugiere que la explicación paranormal no es necesaria para la desaparición de barcos y aviones en el océano, mucho menos predecible.

Aunque en muchos casos, se pueda dar una explicación racional y lógica de la desaparición de ciertas embarcaciones, también hay que destacar que naves como el Rosalie, el Mary Celeste, el Freya, el Gloria Colite, el Rubicón, el Connemara IV, fueron encontrados sin indicios de haber sufrido algún daño pero sin tripulación; estos se encontraban navegando a la deriva, e incluso en uno de los casos (el Rubicón) fue encontrado un perro dentro de la nave.







RESPUESTAS RACIONALES

LOS HIDRATOS DE METANO

Una explicación de algunas de las desapariciones apunta a la presencia de vastos yacimientos de hidratos de metano bajo las placas continentales. En 1981, el United States Geological Survey informó la aparición de estos hidratos en el área de Blake Ridge5 Las erupciones periódicas de metano podrían producir regiones de agua espumosa que podría no dar sustentación suficiente a los barcos. Si se formara un área de este tipo alrededor de un buque, éste se hundiría muy rápidamente sin aviso. Los experimentos en el laboratorio han probado que las burbujas pueden realmente hundir a un barco a escala, debido a que se disminuye la densidad del agua.






Algunos escritores han sugerido que este hidrato de metano liberado repentinamente en la forma de burbujas gigantes de gas, con diámetros comparables al tamaño de un barco, podrían hundirlo.

Sería posible que se creara una burbuja de gas metano desde el fondo del océano, tal como se describe, dicha burbuja gigante rompería debido a la gran presión del agua, y se convertiría en una miríada de burbujas menores antes de alcanzar la superficie. Al emerger, estas burbujas formarían una gran turbulencia, peligrando la flotabilidad. Aunque las burbujas formadas en un tanque de laboratorio puedan ser grandes comparadas con un barco a escala, el efecto no se puede comparar en la naturaleza debido a la relación entre las fuerzas de tensión superficial y gravedad.






FLUCTUACIONES EN LA DECLINACION MAGNETICA

La declinación magnética de un lugar geográfico corresponde a la diferencia en grados entre el vector que apunta al norte geográfico y el vector que apunta al norte magnético. Los valores de la declinación magnética son variables y responden a las alteraciones del campo magnético de la Tierra en forma zonal.

Todas las cartas de navegación, marítimas y aéreas se publican con rosas de los vientos impresas donde se aprecian los puntos cardinales geográficos y magnéticos, marcando la diferencia entre ambos, no tener en cuenta lo anterior implica la pérdida de rumbo irremediablemente.






Por otra parte, existen regiones donde las líneas de campo magnético se extienden en forma continua y en otras en forma discontinua, esto hace que la declinación magnética sea específica y puntual para cada zona de navegación.

La región del Triángulo de las Bermudas está afectada típicamente por fuertes tormentas, huracanes y tornados, lo cual aumenta enormemente las cargas electrostáticas y electromagnéticas de la atmósfera. Esto en teoría generaría un efecto concatenado con las variaciones del campo magnético, provocando fluctuaciones en la declinación magnética, que en la actualidad son poco conocidas o prácticamente desconocidas.

La sumatoria de tales causas y sus efectos potenciados en forma local actuarían en forma directa sobre el instrumental de a bordo, tanto de aviones como de barcos, originando alteraciones, errores y variaciones en las lecturas de los compases y brújulas, haciendo imposible el control efectivo de la navegación, aérea o marítima, con la pérdida de rumbo y el consecuente desvío en las trayectorias o derroteros.






La ciencia recién comienza a entender estos fenómenos naturales y los centros e instituciones de investigación más avanzados ya se están replanteando lo que sabemos del campo magnético terrestre y su verdadera función y comportamiento.



CONCLUSION

A pesar de las creencias populares, los Guardacostas de los Estados Unidos y otras fuentes citan estadísticas que indican que el número de incidentes que involucran aviones y buques perdidos no es mayor que en otra parte del mundo igual de transitada.
Mientras que se ha demostrado que muchos de los supuestos misterios no eran tales al analizarlos con detalle, teniendo inexactitudes que circulan durante décadas, algunos pocos todavía no tienen una explicación, en función del avance de la Ciencia a día de hoy, mientras que la gran mayoría de casos ya han sido resueltos.